Después de una larga noche entre besos, abrazos, caricias, conversaciones absurdas, más besos y mordiscos, comenzó a amanecer.
Era el momento, el momento que ninguno quería, pero que tenía que ser.
Comenzó a prepararse, recoger sus cosas, los últimos besos, los últimos abrazos hasta quién sabe cuándo.
Antes de salir por la puerta él la paró, la agarro de la mano y la trajo hacia él.
- No te vayas, por favor, quédate a mi lado.
- Me tengo que ir, lo sabes. Me encantaría quedarme contigo, pero sabíamos que me tenía que ir.
- Quédate por favor, por favor enserio quédate.
- ¿Por qué? ¿Por qué me haces esto? No lo hagas más difí… ( La corta)
- Porque esta mañana al abrir los ojos y verte a mi lado cogida de mi cintura, me he dado cuenta de que es lo que quiero ver siempre. Verte dormida, con los labios hinchados, con esa cara de bebé, con los pelos alborotados. Es lo que quiero cada día.
- No me hagas esto por favor.
- No puedo dejarte escapar, he esperado mucho para ver cómo te vas ahora.
- Te prometo que vuelvo, que volveré en cuanto pueda, ya te lo dije. Prométeme que…
- ¡Qué!
- Que no me vas a dejar de querer en este tiempo, que no me vas a olvidar, que vas a tener siempre presente que te quiero más que a todo y que siempre voy a estar contigo.
No contesto, simplemente la miro y la besó, el último beso, el de despedida, tan largo, tan bonito y a la vez tan corto y tan horrible. No querían parar ese beso, pero no se podía alargar más.
Debía volver con sus recuerdos, con el sabor en sus labios de ese último beso. Intentaron hacerse los fuertes, sólo él lo consiguió, ella rápido comenzó a dejar caer sus lágrimas, era más duro de lo que los dos creían, poco tiempo pero muy intenso. Se fundieron en un abrazo y la chica desapareció.
Al mes siguiente, él la estaba esperando. Esta vez fue mucho mejor, más amor, más besos, más abrazos, muchos más despertares juntos, pero todo ello produjo una despedida más dura.
Comenzaban a pasar los meses, en cuanto ella podía iba a verle, ya que él por su trabajo no podía viajar tanto.
Finalmente, cuando ella acabo sus estudios superiores, después de muchas noches sin dormir, después de muchas rayadas, pensando en lo vivido, en la distancia, después de muchas discusiones, de muchas conversaciones hasta la madrugada, ella tomo la decisión más radical de su vida. Lo tenía claro, no sabía si sería la mejor opción, pero no podía más, era lo que su cabeza y su corazón decidieron. Recogió todo, dejó todo atrás y se fue con él para siempre, por fin podrían estar siempre, sin despedidas dolorosas, sin distancia.
Él la daba esa felicidad que ella tanto anhelaba, esa sonrisa que la volvía loca, esa forma de mimarla, besarla, tocarla, la hacían sentir especial. Gracias a él, ella comenzó a ser feliz.
Foto: Playa Los Gigantes, Tenerife (L) ... =) JA
Suena: Do you remember - Jay Sean ft Sean Paul
Wherever is nothing without you... 7♥
Love you so much.
Only you & me
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